lunes, mayo 30, 2005

Tangooooooooooo dedicado a Iván y Maxi

Quereme así, piantao, piantao, piantao...
Trepáte a esta ternura de locos que hay en mí,
ponete esta peluca de alondras, ¡y volá!
¡Volá conmigo ya! ¡Vení, volá, vení!

Quereme así, piantao, piantao, piantao...
Abrite los amores que vamos a intentar
la mágica locura total de revivir...
¡Vení, volá, vení! ¡Trai-lai-la-larará!

Horacio Ferrer

miércoles, mayo 18, 2005

Tanatos y Eros

a Roberto Borja

Tu mano —serpiente lúcida—,

comulga con la piel de mi extravío.

A su paso por el contorno íntimo de mi brazo

esquirlas de hierro erizan.

Tocada por ti

soy el cuerpo que se desprende

de las cosas húmedas;

sólo el pudor me adhiere a la materia de mis huesos.

domingo, mayo 15, 2005

Ay! Tenoch


luto Posted by Hello

Umbrío por la pena, casi bruno,
porque la pena tizna cuando estalla,
donde yo no me hallo no se halla
hombre más apenado que ninguno.

Sobre la pena duermo solo y uno,
pena es mi paz y pena mi batalla,
perro que ni me deja ni se calla,
siempre a su dueño fiel, pero importuno.

Cardos y penas llevo por corona,
cardos y penas siembran sus leopardos
y no me dejan bueno hueso alguno.

No podrá con la pena mi persona
rodeada de penas y cardos:
¡cuánto penar para morirse uno!

Miguel Hernández

viernes, mayo 13, 2005

Tenoch se nos fue sin avisar

Descanse en Paz, nuestro amigo Tenoch


luto Posted by Hello

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

Elegía a Ramón Sijé - Miguel Hernández



jueves, mayo 12, 2005

La inteligencia de las flores

¿Es pues necesario que tu madre agonice en tus brazos, que tus hijos perezcan en un naufragio y que tú mismo pases al lado de la muerte para adquirir por fin el conocimiento de que estás en un mundo incomprensible donde te encuentras para siempre, y en que un Dios que no se ve permanece eternamente solo con sus criaturas? ¿Es pues necesario que tu prometida perezca en un incendio o que desaparezca ante tus ojos en las verdes profundidades del Océano para que vislumbres por un instante que los últimos límites del reino del amor van quizá más allá de las llamas casi invisibles de Mira, de Altair y de la Cabellera de Berenice? Si hubieses abierto los ojos ¿ no hubieras podido ver en un beso lo que hoy observas en una catástrofe? ¿Es necesario que el dolor despierte así a lanzadas los recuerdos divinos que duermen en nuestras almas? El sabio no tiene necesidad de esas sacudidas. Mira una lágrima, el gesto de una virgen, una gota de agua que cae; escucha su pensamiento que pasa, estrecha la mano de un hermano, se acerca a unos labios, con los ojos abiertos y con el alma abierta también. En ello puedes ver sin cesar lo que no vislumbraste más que un instante; y una sonrisa te dará a conocer fácilmente lo que una tempestad y la mano misma de la muerte han debido revelarte.

Maurice Maeterlinck (1867-1949)

martes, mayo 10, 2005

Muerte sin fin. José Gorostiza.

Lleno de mí, sitiado en mi epidermis
por un Dios inasible que me ahoga
mentido acaso, por su radiante atmósfera de luces
que oculta mi conciencia derramada
mis alas rotas en esquirlas de aire
mi torpe andar a tientas por el lodo.
Lleno de mí, ahíto me descubro
en la imagen atónita del agua
que tan sólo es un tumbo inmarcecible
un desplome de ángeles caídos
a la delicia intacta de su peso
que nada tiene sino la cara en blanco
hundida a medias ya como una risa agónica
en las tenues holandas de las nubes
o en los funestos cánticos del mar.
Más resabio de sal o albor de cúmulo
que sola prisa de acosada espuma...


(hasta ahí voy)