Ya le dije a la razón que no existes.
Te inventé
como una madre inventa una canción de cuna.
Es el presente un dolor sin vestido,
un olor que deja de cantar si se cierran los brazos
sin estrechar un cuerpo.
Estoy sola, como cualquier difunto.
Aun si se tienen los favores del sol,
a la hora de la muerte, es inevitable el frío.
No voy a moverme.
Voy a producir mi propia ponzoña.
No voy a quitar las manos cruzadas sobre el pecho.
No arrugaré la mortaja.
No voy a poner palabras a mi muerte.
Se acabó.
No hay destino mejor que el del silencio.
1 comentario:
El silencio del amor...
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